
- Los restos de la primera matanza documentada entre cazadores y recolectores cuestionan que las sociedades primitivas fueron menos sanguinarias
En verano de 2012, un equipo de paleoantropólogos se encontró en Kenia un escenario que dejaría helado a cualquier forense. Estaban cerca del lago Turkana, una zona clave para entender el origen del género humano, pues allí se hallaron los restos del Homo ergaster, nuestro ancestro. Lo que destapó el equipo científico era mucho más reciente, de hace unos 10.000 años.
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