El ser humano evolucionó con un cerebro que toma decisiones precipitadamente, es malo para los números y la probabilidad, prefiere lo conocido a lo desconocido, encuentra patrones donde sólo hay aleatoriedad, sobreestima los anécdotas, subestima las evidencias, es fácilmente influenciado por la autoridad y le encanta el misticismo.
Por lo tanto, las creencias científicas no se le dan fácilmente, pues la ciencia, aun cuando es el único sistema que permite entender cómo funciona el mundo, muchas veces va contra el sentido común.
Además, la gente en general no cuenta con la información indispensable para hacer un juicio científico.
Aquí encuentras nuestras cápsulas que explican cómo funciona la evolución.