Una idea muy socorrida durante mucho tiempo fue que para que surgieran formas complejas era necesario la aparición de genes nuevos.
Como se sabe que la forma de una especie nueva depende de su genoma, se creía que nuevas especies requerían nuevos genes.
Con el descubrimiento de los genes hox, genes que controlan otros genes, se sabe ahora que un solo cambio en uno de estos genes genera cambios enormes en la anatomía del organismo.
Si una mutación en un gen hox impacta enormemente, mutaciones que hicieron que estos genes se duplicaran impactaron todavía mucho más en los cambios en el diseño de los cuerpos.
Existen gran cantidad de evidencias anatómicas, genéticas, geográficas, geológicas, moleculares y paleontológicas de la evolución, así como ejemplos de evolución sucediendo en nuestra vida diaria.
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