Una característica obvia que diferencía a la gente de distintas regiones del mundo es el color de la piel. La pregunta natural es si esto es resultado de la evolución o simplemente un reflejo del parentesco entre la gente. Las diferencias en el tono de la piel se deben básicamente a diferentes concentraciones de melanina, que funciona como un bloqueador solar.
Se ha encontrado una correlación muy grande entre los niveles de radiación ultravioleta en distintas regiones del planeta y las variaciones en la pigmentación de la piel.
El gen MC1R está relacionado, en humanos y otros animales, al color de cabello y piel: distintas mutaciones en ese gen explican diferencias en tonos. Por lo tanto, las diferencias genéticas, resultado de la selección natural, son las responsables de las diferencias en los tonos de la piel de los habitantes de distintas regiones del planeta.
Existen gran cantidad de evidencias anatómicas, genéticas, geográficas, geológicas, moleculares y paleontológicas de la evolución, así como ejemplos de evolución sucediendo en nuestra vida diaria.